Valachovic, asesora de extensión Cooperativa de UC, visitó los vecindarios afectados por los incendios de Palisades y Eaton
Este ensayo fue escrito por Yana Valachovic, miembro de UC ANR's Fire Network (Red de Fuego de ANR) con especialidad en resiliencia comunitaria y medioambiente construido. Ella es la directora condal y asesora forestal de Extensión Cooperativa de la Universidad de California para los condados de Humboldt y Del Norte.
Muchas casas siguen en pie entre las cuadras de vecindarios arrasados por los fuegos de Palisades e Eaton y todas ellas ofrecen pistas sobre lo que ellas y los miembros de las comunidades experimentaron el 7 y 8 de enero.
Una pistola de agua, un vaso de licuadora usado para sacar agua de la alberca, pedazos de los paneles de una barda en el piso, portones arrancados de las bisagras, marcas de mangueras arrastradas en el cemento y una pala en el patio. Cado uno es una señal de que alguien, que pudo haber sido un residente o un bombero, estaba tratando de hacer lo mejor para proteger una casa o prevenir que el fuego avanzara por los arbustos, hojas y mantillo que rodeaban a la casa.
Estoy capacitada para para buscar estas señales y ver lugares donde los materiales de construcción y elementos de la vivienda fueron puestos a prueba por el fuego producido por brasas ardientes o calor radiante provenientes de estructuras cercanas. Me tomó dos viajes a los incendios de Eaton y Palisades durante la siguientes semanas a los incendios para buscar ejemplos en los que residencias sobrevivientes resistieron la ferocidad del incendio y señales de un espacio defendible y reforzamiento de la residencia.
El 11 de marzo, presenté un taller en línea, para compartir algunas de mis observaciones y estrategias fundamentales en la mitigación de incendios pertinentes a todo California y otras áreas propensas a incendios forestales.
Pistas en las cenizas, señales de esperanza y resiliencia comunitaria
Durante mis visitas a Los Ángeles, encontré evidencia que prueba que las casas y patios pueden ser diseñados, mantenidos y reforzados para resistir el fuego, brasas y llamas. Entre las cenizas, hay señales de esperanza y acciones que podemos tomar para ayudar a nuestras viviendas a resistir futuros incendios forestales.
Primero que nada, lo que rodea nuestras estructuras (como casa, cochera y cobertizos) – desde el extremo de la pared, debajo de las terrazas y los cinco pies libres de material combustible – realmente importa. Al fuego le cuesta llegar hasta nuestras viviendas si no hay material combustible almacenado, mantillos, plantas leñosas o portones de madera conectados a la vivienda. En la jerga sobre el espacio defendible, le llamamos a esto “zona cero” y es el área más importante de crear y mantener.
Las ventanas fueron la conexión débil en ambos incendios en Eaton y Palisades, donde la gente generalmente construye usando estuco o productos de revestimiento estilo estuco, los cuales son por lo general menos vulnerables al fuego. Con el calor radiante proveniente de los edificios en llamas adyacentes o paisajes, el calor rompió los cristales de las ventanas o deformó el esmaltado de las ventanas de vinil, haciendo que los cristales cayeran. Una vez que existe una abertura en el edificio, el fuego puede introducirse.
Cuando una vivienda, cochera o cobertizo se quema a una distancia de 25 pies uno del otro, el calor de ese edificio puede encender el revestimiento de la vivienda y romper los cristales de las ventanas. A esto le llamamos “calor radiante”. En Los Ángeles, donde observé ventanas de doble cristal y ningún tipo de revestimiento combustible, las residencias sobrevivieron.
Las ventanas de doble cristal actúan mejor contra la exposición al calor radiante que las ventanas de un solo cristal, las cuales son comunes en los edificios construidos antes de los años 70 (el caso en la mayoría de las viviendas reducidas a cenizas). Vi muchas casas que sobrevivieron – a pesar de haber sido expuestas al calor de los edificios cercanos – debido a las ventanas de un solo cristal reemplazadas y actualizadas a las de doble cristal. El cristal templado sería la mejor opción en donde los edificios se encuentran cercanos unos a otros.
Las plantas, bardas y bordes de madera que definen las áreas de plantación crean belleza, pero el fuego puede seguirlos hasta la estructura. Cuando incorpore estos elementos a los patios, asegúrese que no estén conectados para que el fuego no pueda seguirlos como una mecha hasta nuestras estructuras. Reemplace los portones que se conectan a la vivienda por unas de metal. Coloque las plantas en grupos o pequeñas islas separadas de la casa y entre sí.
Cada edificio puede ser un vector o una futura fuente de calor radiante. Es importante cuidar de todos los edificios, aun cuando tengan poco valor financiero. Por ejemplo, un cobertizo ubicado en el jardín cerca de la residencia puede convertirse en una fuente de fuego para la misma.
Se debe tomar acción y es la responsabilidad de todos
En los incendios de Eaton y Palisades, no ví muchas residencias que sobrevivieron sin evidencia de algún tipo de acción defensiva. He estado luchando con el mensaje que eso envía. Al final, concluí que el mensaje en el caso de las residencias sobrevivientes, se tomaron pequeñas acciones para prepararlas – combinadas con un poco de ayuda por parte de un profesional en fuego – fueron la clave para prevenir y reducir el daño.
En incendios como estos, donde el viento acarrea brasas a todas partes y el personal contra incendios está enfocado en ayudar a todos a evacuar, cualquier acción pequeña que el propietario haga para prepararse contra el fuego incrementa las posibilidades de que un bombero tome una decisión en una fracción de segundo y pueda tomarse el tiempo para ayudar a defender un edificio. O, puede concluir que ese edificio no necesita asistencia porque está bien preparado.
He visitado los sitios de otros incendios catastróficos, como el de Tubbs en el 2017 en Santa Rosa, el de Camp en el 2018 en Paradise y el Marshal en el 2021 en Colorado. Así que, ¿a qué conclusiones he llegado después de haber investigado otra escena de devastación?
La adaptación a los incendios toma adaptación. Debemos hacer algunas cosas de manera diferente. Esta no es una acción que otros deben tomar; es una acción para todos. Hemos aprendido a usar cinturones de seguridad y sillas para coches y a estornudar en nuestro codo en lugar de nuestras manos.
Podemos cambiar las conductas para proteger a aquellos que más queremos y a nuestros hogares. ¿Es posible construir o reforzar residencias para que resistan los vientos huracanados que arrastran brasas ardientes? Mi respuesta es sí. No puedo predecir que todas las residencias sobrevivirán, pero muchas más lo harán. Y vale la pena lo que se invierta en estas acciones colectivas.
Yana Valachovic es la directora condal y asesora forestal de Extensión Cooperativa de la Universidad de California para los condados de Humboldt y Del Norte y miembro de la Red contra Incendios de ANR's con una especialidad en resiliencia comunitaria y entorno construido. Valachovic es una apasionada de la búsqueda de soluciones a problemas difíciles aplicando sus destrezas en silvicultura, recursos naturales, investigación sociológica, diseño y mitigación del entorno construido para lograr una resiliencia contra incendios, además de sus años arraigados en el gobierno del condado y participación comunitaria.
Ella es miembro del Grupo de Trabajo del Gobernador sobre Resiliencia Forestal ante los Incendios Forestales (Governor's Wildfire Forest Resilience Task Force) y grupos de trabajo estatales sobre políticas en torno a incendios, así como co líder del Consorcio de Ciencia del Fuego de la región del norte de California. Valachovic ha coescrito reportes sobre el comportamiento del fuego en los bosques de California y la intersección del comportamiento del fuego en el diseño de residencias y paisajes.
Adaptado al español por el equipo de News and Information Outreach in Spanish de UCANR.